Buscar este blog

miércoles, 21 de abril de 2010

Edición N°12


La Escuela 733 de Bryn Gwyn con posibilidad de ser reconocida con las normas ISO 9001


La Escuela provincial Nº 733 de Bryn Gwyn se encuentra tomando parte de una convocatoria formulada por la Fundación Bunge y Born, que tiene como fin facilitar a instituciones educativas el reconocimiento que brindan las Normas ISO 9001 en materia de calidad de gestión.
Esta posibilidad surge como consecuencia de una invitación que efectuó a la escuela valletana la referida fundación, en el marco de la segunda instancia que promueve para que instituciones educativas de todo el país capaciten a sus docentes en diferentes aspectos que hacen a la calidad del servicio educativo.
“Nos invitaron a que participemos y a partir de allí nosotros hemos completado varios formularios con información sobre el funcionamiento de nuestro establecimiento”, comentó el director de la Escuela Nº 733, profesor Ricardo González, a El Observador del Valle cuando fue consultado sobre el tema. A continuación refirió que “ahora estamos en etapa de evaluación. Recientemente tuvimos la visita del doctor Patricio Ferrario, de la Fundación Bunge y Born, encargado de observar nuestra institución y de verificar que todo lo que hemos informado en los formularios y vía mail sea cierto”.
Según informó González “este representante de la fundación se entrevistó con los directivos, los docentes, y demás integrantes de la comunidad educativa con el objeto de sumar opiniones sobre la visión que tiene la escuela”. Si la escuela alcanza “la calificación que se exige para el reconocimiento a través de las normas ISO 9001, será una de las 6 escuelas del país con esta mención. Si se logra este objetivo, la fundación se hace cargo de capacitar a los docentes, de manera que en todo el proyecto los avances se van dando por etapas”, agregó luego el directivo.

Mejorar la gestión
A propósito del vínculo que se establece con la Fundación Bunge y Born, el director González especificó que “ellos se harían cargo de una serie de cursos de formación para que los docentes entiendan la forma en que se trabaja con las normas ISO 9001, el modo de cumplirlas, y los requisitos que se deben tener en cuenta”.
El funcionario apuntó que el trabajo conjunto, en caso de ser elegida la escuela finalmente, se traducirá en 6 capacitaciones para 4 docentes en Buenos Aires - con traslado y estadía durante 2 días totalmente pagos -. Posteriormente se abre un período durante el cual se establece un programa de capacitación por el que los docentes reciben instrucción en la misma escuela. De allí en más, Bunge y Born se encarga de monitorear que se vayan cumpliendo determinadas pautas de trabajo a lo largo de 4 años. “Estamos recién en el comienzo de un proceso en el que, en definitiva, la escuela lo que busca es mejorar. Hay que entender que el objetivo que hay detrás de las normas ISO 9001 no trae otra conveniencia que mejorar la calidad de gestión”, explicó González, al tiempo que añadió que “aquí no se trata de ganar dinero, un premio, o un tractor por demostrar una gestión eficiente”.
Desde la perspectiva del director de la Escuela de Bryn Gwyn “en lo que se gana precisamente es en gestión. Y en el proceso de ir mejorando la gestión lo que se logra es brindar la mejor educación para los chicos”. Por otro lado, González valora “mucho quién es el que te busca, es decir la fundación Bunge y Born, porque se trata de un grupo empresario privado con enorme poderío económico en el país, que busca capacitar a una institución educativa. Hoy valoramos mucho el hecho de que estamos en un proceso de escuelas de calidad, y en ese marco el nombre nuestro es uno de los que suena especialmente a nivel nacional”.

Un poco de historia
El 11 de abril de 1989, y por pedido de un grupo de productores de la zona de Bryn Gwyn, el entonces Concejo Provincial de Educación creó la Escuela 733. El primer director del establecimiento educativo fue el ingeniero Rodolfo Agustinho, que por aquel entonces se desempeñaba como extensionista del INTA. “El segundo fue Lolo Álvarez y recién al año siguiente - el tercero desde su fundación - asumí yo como director, que venía ocupando ese cargo pero en la Escuela Agraria de Sarmiento”, recordó González, que en febrero cumplirá 19 años al frente de la ‘Agrotécnica’.
En lo administrativo, “crear una escuela es un papel que dice que en el día de la fecha se crea tal establecimiento y se nombra a un director”, opinó el funcionario, para analizar luego que en realidad “la escuela es la construcción colectiva de un montón de gente; no es solo la decisión política de crear algo sino la voluntad de construcción de un montón de gente”.
Para este docente de modos afables y sencillos, los alumnos de esas primeras promociones “eran capaces de tolerar un montón de situaciones que hoy cualquier chico no aguanta, de trabajar en condiciones que no son las correctas”. En 1992 la Municipalidad de Gaiman compró “esta chacra de 16 hectáreas”, en tanto que 3 años más tarde se decidió construir el edificio que en la actualidad alberga a la Escuela 733.

Continuidad
En la evaluación que ensayó González respecto del crecimiento experimentado por la institución escolar, “lo que se destaca en todos estos años es la continuidad de la gente, de los docentes. Hay un montón de gente que está desde el primer día; la escuela cumplió 20 años hace poco y muchos de ellos cumplieron el mismo tiempo de trabajo”. En ese sentido interpretó que “el presente de la escuela es el fruto del trabajo, de perseverar, de tener las ideas claras, de saber lo que se quiere, de pretender tener una escuela que produzca en el valle, que desarrolle todas las alternativas productivas de nuestro valle”.
Si bien el origen de la escuela está íntimamente vinculado a las necesidades educativas del sector rural, la ‘Agrotécnica’ hoy “está al alcance de todos los chicos que tengan ganas de formarse en lo que es producción”, indicó el director. Dentro de la matrícula hoy se de una predominancia urbana realmente alta, a grado tal que “casi el 80% de los chicos son de Trelew”.
Por otro lado, el directivo observó que “el egresado de nuestra escuela no va necesariamente a ir a trabajar a las chacras. Muchos se van a estudiar, y en esos casos un buen número no elige ni agronomía ni veterinaria. Eligen otras carreras, como medicina o ingeniería. Entonces, de esa idea original de una escuela para los hijos de los productores, hoy tenemos una escuela que sigue teniendo como punto fuerte el aspecto productivo pero que además es elegida por el nivel académico”. En ese ítem González amplió que “nuestros alumnos han recibido distinciones en diversas materias y hay un montón de chicos nuestros estudiando en La Plata, Córdoba o en la UBA”.
“El hecho de que ellos vengan y nos cuenten cómo les va, hace que se fortalezca esa oferta académica que les brindamos desde hace años”, valoró con orgullo.

Vínculo Valle – escuela
Más allá de la correspondiente formación teórica que brinda cada espacio curricular, una de las características de la labor pedagógica que desarrolla la Escuela 733 hace pie en el fluido contacto que experimentan los alumnos con la actividad productiva.
En ese contexto, dentro de la chacra los docentes instruyen a los chicos en horticultura, cría de ejemplares ovinos, porcinos, y bovinos. “Contamos con muy buenos técnicos; muchos de ellos son referentes en lo que hace a la producción en el VIRCh”, reconoció González, para afirmar luego que “se da el caso de algunos técnicos que realizan el vínculo con su propia explotación, de modo que los chicos allí tienen – como se da con el caso de la cereza – la oportunidad de experimentar con cultivos que no se dan con facilidad en la escuela”.
De todos modos, la idea es que “la mayoría de las producciones se puedan concretar en la escuela. Si uno va a la sala de agroindustria, se puede ver a los chicos haciendo dulces, industrializando o disecando ajo u hortalizas”.
“En ese punto la idea es que se observen las distintas alternativas posibles de comercializar; la forma en que, por ejemplo, una fruta puede cobrar valor agregado en la forma de un dulce, una jalea, una conserva. Todo eso lo hacen los chicos”, graficó el director.

Protagonismo de los chicos
Requerido con referencia a la especial relación que tienen los estudiantes de la ‘Agrotécnica’ con su escuela, González expresó que
“cuando la chacra se compró en el año 92’, las 16 hectáreas eran un tamarisco. Los chicos plantaron álamos, sauces, olivos, del mismo modo que levantaron los galpones de ovejas, de cerdos, y de gallinas. También cavaron los cimientos, hicieron los hierros, pegaron ladrillos, y pusieron las chapas, de manera que fueron protagonistas directos en la construcción de la institución”.
Recientemente los alumnos de segundo año organizaron en la sala de agroindustria una feria de la que tomaron parte productores y artesanos de la zona. “En esos casos, si bien siempre está la autoridad de la institución, la atención y las ventas son responsabilidad de los chicos. Allí se ve claramente que la escuela es de ellos. Más allá de los 6 años que dura su paso por la escuela, pretendemos que se apropien de este espacio, que la pasen lo mejor posible”, consideró.
Por otro lado, al ser abordado sobre la imagen que hoy tiene la escuela en la comunidad del Valle el titular de la institución escolar reconoció que “somos concientes de que hay un nombre que suena. Pero eso tiene su razón en reconocimientos, como lo pueden ser los premios a la excelencia educativa que nos dio el Banco Galicia y el diario La Nación. También el hecho de que los chicos obtengan premios en diferentes competencias educativas lleva a que el nombre de la escuela tenga una presencia importante”.
“Hay una constante participación en las olimpiadas provinciales y nacionales, en lo que hace a física, química o ciencias. Es decir, el nombre de la escuela tiene una sostenida participación en instancias educativas de primer nivel y, afortunadamente esa actitud tiene su reconocimiento”, concluyó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario