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miércoles, 10 de marzo de 2010

Nota publicada en nuestra segunda edición..

Nuevas propuestas en el VIRCH

LAS ROBINIAS

Producción orgánica, turismo rural y educación. ¿Cómo es la chacra que reúne estas actividades? El observador del Valle charló con sus propietarios e indagó en su historia, forma y filosofía de trabajo.

A orillas del río y a escasos minutos de la ciudad de Trelew, florece Las Robinias. Se trata de un particular emprendimiento productivo y educativo emplazado en el Valle Inferior del Río Chubut (VIRCH) y que lleva, como marca, el nombre científico de las acacias.
Laura Maruschak y el ingeniero Rodolfo Agustinho adquirieron el predio, casi por casualidad, 8 años atrás. A la hora de contar la historia, aparece sobre la mesa un sencillo álbum de fotos que, incuestionable, documenta los cambios impulsados en la chacra.
“Hacía 25 años que estaba abandonada así que tuvimos que hacer un trabajo muy importante. Empezamos de a poco. Cuando recuperamos dinero pudimos hacer los invernáculos y recién en el 2004, cuando terminamos la casa, nos vinimos a vivir acá. Eso fue una gran ayuda, porque estar todo el día acá hace rendir más el tiempo”, explicaba Laura.
Sucede que Las Robinias pasó de ser un terreno abandonado a una pintoresca y exclusiva granja que apuesta a la renovación del VIRCH. Con dos invernáculos de 1500 metros cuadrados con cultivos hortícolas, área de cría de aves, de conejos y un sector dedicado a la pastura de ganado mayor –vacunos y equinos–, además de una prolija y cómoda cabaña para alojar turistas, la nombrada granja se convierte en uno de los lugares más innovadores y particulares del valle.

Entre la educación y el turismo
El proyecto apuntalado por Laura y Rodolfo está sostenido por tres líneas de trabajo: educación, turismo y producción orgánica.
“Uno de los puntos es la información. Lo manejamos como educación no formal que se da a través de cursos de huerta; en general trabajamos bajo cubierta y en forma orgánica”, comentó Laura.
El curso – que cuenta con la aprobación de Ministerio de Educación - propone una capacitación de 4 meses y se dicta en la misma chacra. A cada participante se le asigna un espacio dentro del invernáculo para que trabaje su propia huerta y se los provee además de las semillas y los plantines necesarios para el desarrollo de las tareas.
La profesora Maruschak aclaró que “no se usa ningún tipo de agroquímicos y se trabaja con lo que se llama tecnología blanda – no agresivo - y casi no se incluye elementos externos; se utilizan la mayoría de insumos producidos en la chacra. Uno recicla todo. Las semillas son nuestras, se alimenta a los animales con los productos de la chacra”.
Dentro de las actividades educativas se organizan también visitas guiadas para los alumnos de nivel inicial, EGB 1 y 2. “Se hacen visitas guiadas a los chicos de las escuelas, en esta época que comienza a mejorar el clima, con un trabajo pedagógico por detrás”, aclaró Laura, encargada de planificar - en muchos casos junto con los docentes - la temática u orientación del recorrido que puede incluir desde charlas sobre problemáticas ambientales hasta observación de macro y microfauna.
Las Robinias, por otra parte, se suma a la serie de emprendimientos de turismo rural que empiezan a despertar en la zona del VIRCH. Al respecto, Laura explicó que “a partir de octubre comienzan a venir extranjeros a recorrer un poco y hablar sobre la producción orgánica. Éste es un tema que interesa mucho, sobre todo a los europeos. Además se prepara la comida que van a almorzar y tienen la oportunidad de recorrer y estar en contacto con la naturaleza”.
En cuanto a la comercialización de los productos, Laura resaltaba la importancia de estar cerca de un centro urbano. “El punto fuerte que tenemos es que estamos muy cerca de Trelew así que los clientes vienen a comprar directamente acá. Nosotros no vendemos en ninguna verdulería, todo lo que producimos lo vendemos en la propia chacra o bien distribuimos en las casas de los clientes que por cuestiones laborales no pueden venir a buscar los productos.”
¿Pero cuáles son los productos agrícolas de Las Robinias? “En invierno verduras de hojas (acelga, espinaca y lechuga básicamente) y, en verano, frutos”, respondieron los entusiastas propietarios. ¿Alguna especialidad? Sí, claro: tomates. Pero además, productos complementarios como chauchas, arvejas, choclos, pimientos, almendras, conejos y huevos.
“También es importante conocer el gusto de la gente y cómo quieren comprar el producto. Una de las cosas que nosotros usamos como bandera es “de la huerta a su mesa”; yo lo cosecho en la mañana y vos al mediodía lo estás comiendo. La gente aprecia mucho el sabor y la frescura”, afirmó, orgullosa, Laura.

A esta altura, quizás ya no sea necesario observar que para Laura y Rodolfo el trabajo en la chacra está lejos de pertenecer a la idea de una labor dura y sacrificada. “Es un mito que es duro. Nosotros vivimos acá, trabajamos pero también disfrutamos de otras cosas. Por ejemplo, nos compramos unos binoculares preciosos, nos vamos a mirar pájaros (…). Estamos fascinados con la variedad de aves que hay en la propia chacra - hemos identificado 25 especies distintas- (…) es placentero vivir en la chacra.”
En esta parte de la conversación, el ingeniero se encargó de rescatar la importancia de la formación y planificación para lograr una explotación apropiada y el mayor aprovechamiento de los recursos que posee el valle.
Y así, con una clara filosofía de trabajo, Las Robinias comienza a abrir nuevos senderos en el VIRCH; aires de renovación para un valle que, de tanto en tanto, parece redescubrirse.

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